miércoles, 7 de julio de 2010

Los ratones que más nos comen la cabeza

Basta conocer un ranking de las fantasías sexuales más hiteras para saber que ni son tan rebuscadas, ni la gente está diferente entre sí cuando de comerse el coco se trata. La fantasía sexual número uno para la amplia mayoría de los felizmente emparejados es, dicen, estar con otra persona. Y yo digo ¿eso? ¡con las posibilidades que ofrece la imaginación! Después la gente se queja de que el sexo se vuelve aburrido...

Estar con otra persona que no sea la persona que elegimos para estar es, sí, una de las fantasías sexuales más populares. Esos cuernos imaginarios no concretados en algunos casos nos lleva a la variante de pensar en otra persona cuando estamos efectivamente tienendo relaciones con nuestro marido o mujer.

Para los hombres heterosexuales el ratón más fornido y popular de la madriguera mental es el anhelado trío. Trío de dos mujeres y él como único galán. En esta fantasía las escenas lésbicas son bienvenidas. Para las mujeres heterosexuales, el ratón es corredor y atlético: la cosa pasa por los escenarios. Hacerlo aquí, allá, acullá. A la intemperie, en la casa de tu abuela, en el baño de la facultad...

La famosa fantasía de la violación, creo, parece, es más una idea de los señores acerca de lo que ellas fantasean, que un deseo de las damas. Aunque sí forma parte del repertorio femenino un poco de violencia. Mínima. Sexo fuerte como le dicen algunos. Un par de muchachos fornidos tal vez, también.

Muchos varones, por cierto, en la ratonera incluyen la imagen de su pareja con otro hombre. Esa idea es bien estimulante para algunos, pero sólo en el terreno mental.

Es que muchos ratones nacen para morir en la ratonera. Fantasías que sólo respiran en el territorio de lo imaginario. No siempre queremos que al ratón le salgan alitas y se convierta en murciélago. No es tan así que uno necesite concretar todas sus fantasías. Eso sí, a veces se puede admitir a un invitado en el prado de la imaginación. A veces, cuando está la posibilidad de compartir la idea, de charlarla un poquito y fantasearla de a dos... la cosa se pone más interesante.

martes, 1 de junio de 2010

Cómo organizar una orgía…

Me topé contra un artículo demasiado interesante para no compartirlo. Es una especie de guía gaucha (aunque en inglés) con instrucciones para armar una orgía. Porque, según el que escribió el artículo, la mayoría de la gente quiere participar de una orgía, pero no sabe cómo…

A mí me encantó el arranque axiomático del tema. Eso de que la mayoría quiere tener sexo grupal aparece como una verdad que no necesita ser demostrada. No importa. Lo que dicen es que casi todos quieren, aunque pocos se animan. Y no se animan por culpa de sus propios prejuicios. Así que lo primero que un organizador de orgías debe hacer es “ayudar” a los potenciales fiesteros a demoler sus prejuicios.

Entonces, explican, la gente necesita que vos, organizador de orgías, los persuadas de asistir a tu evento. ¿Cómo? Hay una serie de argumentos que deben ser expresados en voz calma, pausada y suave, cosa de dar una expresión de seguridad y seriedad. Por ejemplo: "¿no pensás que podrías arrepentirte cuando seas viejo de no haber participado de una orgía cuando tuviste la oportunidad?", o: "hacé lo que quieras: veníte a la fiesta o pasá el resto de tu vida preguntándote qué hubiera pasado si hubieras ido", o: "por supuesto que da miedo, ¿pero no te parece que esa es otra razón para sumarte a la orgía?" Y finalmente: "no tenés nada que perder, te podés ir en cualquier momento si no te gusta"... Nou comments.

Otra cuestión que tiene que sortear el organizador de orgías: superar la propia dificultad para convocar a la gente. Puede no ser sencillo andar por ahí invitado a todo el mundo a una partuza. Así que si hablar sobre el tema se hace muy complicado, bien vale hacer invitaciones por escrito. Pero además las invitaciones por escrito tienen una ventaja: aquellas personas que contestan la invitación para decir que no van a ir, son potenciales fiesteros. Dicen que no, pero están interesados, al menos para hablar sobre el tema. Están esperando que los convenzan, como decíamos al principio.

El tema de emparejar el número de hombres y mujeres en la fiesta es uno de los desafíos más complejos para el organizador de orgías. Tal parece que los varones son más proclives a decir que van, pero después no aparecen. Las mujeres, en cambio, son capaces de decir que no van, pero van. Para que la cuestión de género quede equilibrada habrá que contar un 10 por ciento más de hombres que de mujeres entre los que digan que sí.

Habrá que abstenerse de invitar a ambos integrantes de una pareja, especialmente si nunca participaron juntos de una orgía.

Que no falte el alcohol. No solamente porque unos tragos de una bebida espirituosa puede lograr desinhibir a los fiesteros tímidos, sino que, lo más importante, sirve para que la gente se haga la borracha, haga cosas que no haría si no estuviera haciéndose la borracha y finalmente, le eche la culpa de todo al alcohol.

lunes, 31 de mayo de 2010

Y si estás enamorada el sexo es mucho mejor: ¡mentira!


Quién no lo dijo alguna vez, a quién no se lo dijeron. “El sexo es algo maravilloso, y si viene con amor, mucho mejor”. No es poca la gente la que asegura que el sexo se disfruta más cuando uno está enamorado y nadie se atrevería a refutar la teoría. Pero parece que en los papeles no es tan así.

Según una investigación, casi la mitad de las mujeres encuestadas, unas 2000, aseguraron estar enamoradas de sus maridos, haberse casado por amor, pero no por sexo. El sexo que tuvieron con sus maridos no fue el mejor sexo. No es el mejor sexo. Y de hecho, esas mujeres no solamente aman a sus esposos, sino que además prefieren mirar una película o dormir antes de tener sexo con ellos, buena parte de las veces y también, por qué no, fantasear con un amante discreto que las enloquezca de placer sin que nadie se entere.

Es algo así como el lado insatisfecho de la satisfacción. Señores, señoritas,  estamos hablando de mujeres contentas y felices, mujeres que están con el hombre que eligieron, mujeres que siguen eligiendo al hombre con el que están. Y no tienen mayores pretensiones. Y el sexo está ahí, ni siquiera como un lujo que se vuelve escaso pero siempre valioso, no, simplemente como algo más, que mucho no emociona y que mucho tampoco importa.

Dicen que ahí hay amor y dicen que el amor no trajo consigo el mejor sexo, sino un sexo aceptable y punto.

En cambio parece que el mejor sexo sucedió de otra manera. Una vez sin querer queriendo, con alguien que comió y voló. Con un turista italiano en su breve paso por la argentina, que también voló de regreso a Europa. Con alguien con quien no compartían nada más que las ganas y hasta ahí. Y sobre todo, con alguien con quien no desearían tener una relación.

Así parece. Para algunas el amor está en casa, pero el buen sexo siempre está en otra parte.


viernes, 21 de mayo de 2010

El viagra, además de al palo, los pone románticos

Así dice una investigación de la Universidad de Wisconsin. Y ahora sí, parece que definitivamente estamos ante la poción del amor. Esa que en los cuentos de hadas hacía que el príncipe se enamorara de la primera mujer que viera después de tomarse la dosis mágica, en estos días, en este mundo, es una pastillita azul y se llama Viagra. O sildenafil, el nombre no comercial de la droga.

Y la explicación parece ser sencilla. La pastillita, además de ayudar a que el flujo sanguíneo endurezca las partes, aumenta los niveles de oxitocina, la hormona de los mimos. O sea, los hombres no solamente están sexualmente estimulados, además están un poco drogados también.

Habitualmente la oxitocina se libera durante un encuentro sexual, tanto en hombres como en mujeres, pero lo que pudieron confirmar los investigadores es que los señores que toman la pastillita liberan tres veces más oxitocina que los hombres que tienen sexo sin la pastillita.

Lo más interesante es que los científicos piensan que la oxitocina es la hormona que puede explicar los enamoramientos, sobre todo aquellos que se dan como un flash después del sexo. Así que ahí tienen: chicas ¿quieren enamorar a su príncipe azul (nunca más azul) y tener una noche de sexo interminable? Ya saben qué poción mágica comprar…

miércoles, 19 de mayo de 2010

Los sex toys más ¿raros? que encontrás en la web: no serán estimulantes... pero son espeluznantes

Sin duda la industria de los juguetes sexuales tiene muchas cosas enormes, entre ellas la imaginación. Lo que siempre soñaste y lo que nunca imaginaste para tu placer sexual. Con ustedes los chiches más bizarros:


Vibrador fuck you
No me digan que no es de lo más simpático. La verdad, no creo que nadie se lo vaya a tomar muy seriamente, pero puede ser un excelente presente para algún enemigo de verdad: un claro mensaje de go fuck yourself ¿no?



Snorkel para sexo oral
Clara muestra de que la industria de aparatejos sexuales está en todo. Es verdad, necesitábamos algo para respirar mejor mientras ofrecemos sexo oral. Si alguna valiente, además de lo que ya tiene metido en la boca se anima a meterse esos cositos en la nariz... mis respetos. 

Fantasía Vampírica
Es cierto, los vampiros están a full. Cada vez hay más series, más películas y claro, de ahí a querer tener uno de esos en tu cama hay un solo paso. Si querías ver esos colmillos alrededor de tu p... y asegurarte de salir invicto, esta es la solución que estabas necesitando.



Cinturón de castidad masculino
Bueno, este es uno de esos accesorios que me cuesta entender. Les puedo decir que viene con sus candaditos y sus llavecitas... no es chiste. Si alguien tiene una idea más acabada acerca de las bondades de este producto, a lo mejor me puede resolver una duda: ¿duele?

martes, 18 de mayo de 2010

Mujeres estresadas a los 18 y con la libido por el piso

Así es, ya no se trata de “perder” el deseo sexual en cierto punto de la vida, sino de no encontrarlo nunca. Parece que las damas llegan a la sexualidad sin ganas de nada. Cada vez más jóvenes, entre 18 y 30 años: solo sienten desinterés.

“Es el estrés” dicen los especialistas que llevaron adelante la investigación, y lo señalan como causa fundamental, aunque también culpan a las pastillas anticonceptivas y los antidepresivos. Desconfío mucho más de las dos primeras causas que de la tercera. ¿Qué mujer de nuestras épocas no probó estrés o pastillas anticonceptivas en algún momento?

Los expertos, ante esta preocupante ola de desinterés sexual, dicen que, además, la cultura impone cierta obligatoriedad de ser sexy para tener sexo. Y ese “ser sexy” es tan inalcanzable que muchas asumen que no están aptas para acceder al beneficio de una vida sexual.

Lo cierto es que parece que muchas chicas de 18 o 20 años tienen relaciones por seguirle la corriente a los caballeros que quieren acostarse con ellas, pero no sienten realmente el deseo de hacerlo. Es decir, no hay un impulso genuino, no hay ganas.

Peeeeero hay que advertir que se acomodan ciertos intereses detrás de estas investigaciones. De hecho están queriendo sacar a la venta el Viagra femenino entre otras soluciones farmacológicas para disfunciones sexuales femeninas. Están ofreciendo cinco rápidas preguntas para diagnosticar “falta de deseo” a través de un cuestionario en Internet. Algunas voces se alzan en contra de la “medicalización” del bajón libidinal y otras salen a responder que estas mujeres merecen una “solución” a su “problema” sexual.

Tal vez haya cada vez más chicas estresadas que pierden el interés en su vida sexual antes de empezarla. Todo es posible en este mundo loco en el que vivimos. Pero desconfío. Desconfío de esos diagnósticos rápidos que dicen que la libido esta en peligro de extinción y que aseguran que esas chicas tienen un problema y que necesitan pastillas para resolverlo. 

lunes, 17 de mayo de 2010

Sexo de súper acción: un tercio de la población se lastima en la cama

No solamente te puede romper el corazón. El buen sexo también deja otras heridas. Cuellos inmovilizados por la contractura, profundas raspaduras de alfombra, muñecas torcidas, codos amoratados e incluso tobillos esguinzados se cuentan entre los “accidentes” más frecuentes. También hay otras de orden más genital tales como penes fracturados, reacciones alérgicas, pequeñas hemorragias y lastimaduras.

El otro día una amiga que practica taekwondo apareció con la nariz inflada y adornada en varios tonos de violeta y verde y yo por supuesto le dije que si pensaba perseverar en el yeite de las patadas voladoras, tuviera la precaución de aprender a cubrirse la cara. Parece que mi comentario hirió tan profundamente su ego artemarcialista (¿qué te pensás? ¿Que no sé bloquear una patada?) que prefirió confesar la verdad del magullón: nada que ver. No había sido una patada, sino un cabezaso y no era el resultado de un combate de cinturones negros, no. Había pasado en la cama. Justo cuando su novio remontó sábanas arriba luego de una sesión de sexo oral y ella se acomodaba con los ojos todavía cerrados: chocaron como dos planetas la coronilla de él y el tabique de ella. Hubo sangre y todo.

También conocí historias de culos afrutillados por ajetreos sobre la alfombra. Uno en ese momento no se da cuenta de lo peligrosa que puede resultar la fricción sobre esa aparentemente inofensiva carpeta mullida. Ni contar de la cantidad de gente que se cayó tontamente de la cama, que pateó estúpidamente el videt cuando trataba de montar(se) sobre el lavatorio, etc. A quién no le pasó alguna vez.

Ahora me encontré un informe bien serio (británico por supuesto, porque acá esos asuntos no se investigan) que dice que un tercio de la población adulta sufrió alguno de estos accidentes. El tercio, en este caso particular, representa a unas 18 millones de personas. Entre ellos, el 40 por ciento recién se dio cuenta de que algo le dolía a la mañana siguiente; el 5 por ciento se tuvo que pedir un día en el trabajo y el 2 por ciento terminó con un hueso roto.

Aunque usted no lo crea, tan mullido que parece, se comprobó que el sofá es uno de los sitios más peligrosos de la casa para tener sexo, sobre todo cuando hay copas de vino cerca. Más previsiblemente, las escaleras resultaron el segundo lugar más riesgoso (alguna vez tendré que investigar esa debilidad que tenemos los humanos por revolcarnos en las escaleras).

Además de las heridas corporales también hay costos materiales. Vasos que se rompen, picaportes arruinados, cortinas arrancadas violentamente de su lugar, sobre todo la de la bañadera y sillas que no supieron cómo soportar tanto peso y movimiento y se dieron por vencidas.

Sí, es muy común. La pasión, la pasión, como decía un viejo. Qué lindos momentos destructivos… 

jueves, 13 de mayo de 2010

Había algo mejor que el after office: sexo en la oficina

Si alguna vez existió un paraíso para el sexo sin compromisos, tenía sucursal en los after office. Y si la idea era relajar la mitad de la semana con un trago, unos besos y un toque de sexo ocasional, parece que para algunos se volvió un tanto intolerable la idea de esperar a salir de la oficina.

No sé si es verdad o no, pero una chica me contó que ahora como nunca antes hay cada vez más sexo en la oficina. A mí que no me venga, pensé, en las empresas pasó de todo siempre, cuál es la novedad. Pero parece que la cosa se puso candente. Al menos en donde ella trabaja.

Me cuenta que tiene un amante de oficina que es un muchacho en el que no se habría fijado en un boliche. No es que le gustara especialmente él, es más bien que las cosas se volvieron cachondas entre reunión y reunión. Según ella, ahí lo que hay es una dinámica que funciona antes que una atracción fatal: miraditas, tocaditas, frasecitas y un montón de histeriqueos que hay que pilotear por estar, justamente, en la oficina. Pero lo interesante es que no esperan hasta el horario de salida para arrancar con el sexo explícito: “No, la gracia es hacerlo ahí”, me explica ella y más claro echale agua.

Hay momentos propicios, dice, lugares estratégicos.  Ellos ya tienen una especie de mapa de hotspots oficineros y una estrategia de cronometraje de ultra espionaje para saber cuándo se va fulano y cuándo vuelve mengano. Ahí están al acecho y cuando ven la oportunidad, se encierran en algún cuartucho y practican sus habilidades especiales para el disimulo extremo.

“Es lo más. Estar ahí te pone a cien. Sabés que están todos en sus computadoras trabajando, que si te enganchan con los pantalones bajos es un escándalo, que te tenés que apurar. Y todo eso es muy estimulante”, opina nuestra oficinista hot.

La cosa es que, como dice ella, lo que le gusta es el sexo en la oficina, no especialmente el compañerito. Aunque, obviamente, si hay algo que él comparte con ella es esa misma pasión.

Ahora, esta chica asegura que ella y su coequiper no son los únicos, que esa empresa está viciada, que los sexoficinistas son muchos más que dos y que, se sabe, hay ciertas puertas que mejor no abrir sin golpear.

¿En serio che? No me dejo de sorprender ¿mucho sexo en la oficina?

martes, 11 de mayo de 2010

Swinger: salir del sexo cotidiano para entrar en un mundo nuevo y ¿lleno de reglas?

Aunque la cultura swinger llegó para quedarse y ya todos sabemos de qué se trata, todavía mucha gente antes de pensarlo dos veces, prefiere agarrarse la cabeza, taparse la boca, los ojos y decir no, no, no. Se entiende, eso de andar intercambiando parejas, mirando cómo tu hombre o tu mujer se frota contra otra persona desnuda que no sos vos, puede resultar muy excitante, pero no es para cualquiera.

Lo cierto es que si uno se pone a chusmear un poco en el tema, el ingreso al mundo swinger está lleno, llenísimo de reglas. Como si para entrar en el club del descontrol, te pidieran un certificado de buena conducta. Exactamente eso.

Desde la puntualidad hasta quién paga los gastos de un primer encuentro en un bar para ver qué onda, está expresado en reglas. Parece muy de sentido común, y de hecho lo es, pero lo que se subraya en el universo swinger todo el tiempo es la palabra respeto.

El respeto es la ley madre de todas las demás. No se obliga a nadie a tener relaciones, no se obliga a nadie a tener relaciones homosexuales, no se le falta el respeto a las damas, porque son damas.

Ustedes dirán, pero qué gente educada. Evidentemente, digo yo, si hace falta aclarar cosas tan elementales, es porque algunos cuantos habrán sido un poco groseros.

Lo interesante de todo esto es que aun cuando la idea es que el sexo atraviese las fronteras de la pareja y está perfectamente permitido, llegado el caso, que un señor vea como otro señor toquetea a su señora esposa, lo que no está permitido es que todo eso trascienda los límites de la amistad.

Ustedes dirán, pero si le está metiendo la mano hasta las amígdalas, qué amistad ni ocho cuartos. Pero es que es así. Es, si se quiere, una cuestión de actitud. El sexo está permitido, lo que no está permitido es intentar seducir al otro, tratar de conquistarlo emocionalmente, por decirlo de alguna manera. Tratar, o por lo menos tener el descuido, de romper una pareja está prohibido. Podés mostrarle a esa señora swinger toda la dimensión de tus encantos físicos, pero no trates de chamullártela.

Es decir, hay una “zona emocional” que pertenece a la pareja de esa persona con la que te estás acostando y ahí es donde nadie más debería meterse.

Creo que tiene sentido si consideramos el sexo como una práctica equivalente a salir una noche a cenar. Pero también pienso que el sexo siempre lleva a esos lugares emocionales. Es cierto que podés ir con la intención verdadera de tener solo sexo, sexo sin emociones, pero ya sabemos que las buenas intenciones a veces pueden fallar...

lunes, 10 de mayo de 2010

No tendrá plata, pero tiene otras cosas...

Finalmente, gracias a la providencia, después de tanta "billetera mata galán", después de tanta cultura sushi: una a favor del laburante, del trabajador en los más amplios sentidos, del que la rema para llenar los bolsillos, los platos, los corazones y él sabrá qué más.


Ahora un científico, Adam Galinsky, dijo que los hombres que tienen menos dinero son más capaces de hacer feliz a una mujer que aquellos que sí ostentan billetera. Porque parece, eso dice este señor, que los empresarios, los que mantienen un estatus, los que viven en ese mundo hipercompetitivo del éxito y el poder, son más propensos a la deslealtad, entre otros malos tratos.


Por ejemplo, parece que el hombre de billetera flaca es, en general, menos infiel que el hombre rico. Dicen que es porque en los círculos en los que se mueve, el engaño es moneda corriente en la vida cotidiana y ocultar los sentimientos y los excesos forman parte de esa cultura. 


En cambio el hombre de ingresos medios es más simpático, más dado a relacionarse amablemente con la gente, más propenso a sonreír y reír y a mirar a los ojos. Es que ser una persona agradable socialmente es parte del trabajo de un hombre que busca mejores posibilidades para su futuro.


Y la frutillita del combo es que el galán adinerado, además suele ser más machista. Porque está acostumbrado a ser el proveedor, lo que lo convierte casi automáticamente en una especie de macho alfa. Por el otro lado, el hombre que comparte con su mujer los deseos de crecer profesionalmente, aquellos que son capaces de dar y darse ánimos, tienden a tener parejas más felices. 


Y lo que todos queríamos escuchar: los que no tienen mucha plata son mejores en la cama. La razón es sencilla. No pueden impresionar a una mujer con un gran diamante, ni regalandole un auto o un viaje imprevisto a medianoche. ¿Entonces qué? se esfuerzan una vez más, laburan como siempre, pero esta vez en la cama. Porque quieren impresionar con lo que hay. 

jueves, 6 de mayo de 2010

¿Es tan importante tener un buen c...?

Sé de hombres que juran haberse enamorado de un buen culo. Enamorado. Es decir, también del resto de la mujer que estaba por encima y por debajo y por delante, pero el clic fue ese. No es de extrañar entonces que las mujeres andemos obsesionadas con las medidas, cantidades, consistencias y voluptuosidades de nuestros traseros. Pero no somos las únicas, no estamos solas cuando tratamos de girar el cuello 180 grados para pispear esa respuesta del espejo. Porque parece que los señores también, cada vez más, se preocupan por su pompis.


La verdad es que las mujeres también somos grandes fanáticas de los culos. Los redonditos, duros, estratégicamente pequeños bajo una espalda grande, esos que ostentan los jugadores de fútbol y algunos otros privilegiados. Ninguna mujer me lo negó jamás,y no conozco a ninguna que se resistiera a admirar un buen ir cuando pasa frente a sus ojos. Seremos más disimuladas para mirar, menos piropeadoras, pero ninguna ignora cuál es el mejor pompis de la oficina.


Así que no deberíamos sorprendernos si ahora los hombres se preocupan por la tonificación de ese objeto de deseo. Y si tonificar no ofrece resultados lo suficientemente rápidos o contundentes, bueno para eso ya hay unos calzoncillos que vienen con unas almohaditas. Ahí está, el de la foto.

El aumento de glúteos es una cosa a la que algunos señores de trasero flaco (o "plano" como dicen algunos cirujanos) le empiezan a prestar atención. Es un procedimiento parecido al de hacerse las lolas, te colocan un implante. Uno de los riesgos es que se desacomoden, o sea, que uno de los cachetes te quede más arriba o abajo que el otro por ejemplo. Por eso los ponen por encima de "la zona de sentarse".

Así que, señores de culo plano, piénsenlo, tal vez los implantes les aseguren un andar más confiado. Y ojito con no sentarse fuerte, que no queremos que revienten.

Bueno, los dejo con el recuerdo de algunos culos que hicieron historia: el de Adriana Brodsky, cuando era la Pechocha que el Mano Santa descargaba, o el de Patricia Sarán cuando se calzaba un By Deep en el ascensor, o el operado de Manzano...

martes, 4 de mayo de 2010

Ella los prefiere medium o small: grandes no

Debo confesar que nunca antes había escuchado un alegato tan estremecedor a favor de los penes pequeños. O medianos. Esta chica, cuya identidad reservo, me encaró como quien quiere hacer una denuncia ante los organismos pertinentes y me dijo: "A mí, las pijas grandes NO me gustan". Así.

Y luego pasó a explicarme. Primero de su experiencia temprana con un novio demasiado bien dotado. Y bueno, ella, inexperta, no quiso saber nada con semejante cosa. Pero se la bancó. Y así le fue, dice. No bien, no estuvo bueno. "Y por culpa del tamaño de su miembro, nos separamos más temprano que tarde". Pero no termina ahí.

La vida la llevó a los brazos de un caballero que ofrecía un "modelo mediano a chico" (sus palabras) y todo cambió. Recién entonces dejó de sentir que la penetración podía ser una amenaza contra su integridad física y empezó a disfrutar.

Explica que mientras lo pueda sentir, "no importa cuán chico sea, estamos bien". Un pene de tamaño razonable, tal como lo plantea ella, significa, por ejemplo: "Menos dolor en la mandíbula, no tener que andar ahogándome" y eso caballeros, equivale a más sexo oral. Esto no es lo mejor. Sexo anal también entra en el menú si las medidas lo permiten. "Imagináte que si no, por atrás, de ninguna manera". Sin contar que todo esto para ella implica "menos dolor y más orgasmos".

Así es como un día, sin siquiera proponerselo, esta chica se convirtió en una especie de militante en defensa de los derechos de las mujeres a los penes pequeños y medianos. Algo así. Para ella los grandes falos están sobrevaluados y son una especie de mito sexual que lo arruina todo. "La verdad es que si la tienen grande, yo no los quiero cerca de ninguno de mis orificios".

Say no more

lunes, 3 de mayo de 2010

De los creadores del hombre sensible: la mina insensible

Se habló mucho de ese último invento de la masculinidad, el hombre sensible. Ese que por saber expresar sus sentimientos, darle la mamadera al bebé y llorar de vez en cuando, no es menos macho. Pero con él nació otra criatura de la que se comentó poco: la mujer insensible. ¿O no es verdad que existen?

Hablamos de la mujer que masca hombres como si fueran chicles y los escupe. La que sale, labura y no tiene tiempo para vos. La mujer que se jacta de no llorar nunca. La que te abrió el juego para salir con otros antes de que tuvieras ganas de pensar en infidelidades.

El otro día conocí a un hombre que salió con una de ellas. Al principio él pensó que tenía oro en polvo entre las manos. No era molesta, no protestaba, no moqueaba. Encima era linda, era inteligente y era independiente. Mi amigo entró a su casa, incrédulo, como si hubiera sido abducido por extraterrestres, pero ahí estaba ella: de carne y hueso, adorable, genial. Un poco distante en la cama, pero re perra. Se enamoró, obviamente. Y empezó a querer verla más seguido, a querer invitarla a cenar a casa y mirar películas juntos. Digámoslo: empezó a ponerse mimoso. Ella al principio todo bien. Pero después de a poquito se fue borrando. Le empezó a marcar las prioridades de su vida, donde no cabía él. De repente lo había convertido en un hombre lloricoso y avergonzado de sus intenciones novieras.

"Me cortó la pija", dijo el chabón, "y ahí me retiré". Ella lo había masticado, le había sacado el gusto a macho y lo había desechado.

La moraleja de la historia es que nuestro amigo de repente entendió a las mujeres. Como si hubiera estado en una de esas películas en las que el protagonista termina haciéndose pasar por mujer y de repente entiende lo difícil que es estar del otro lado del mostrador y se solidariza. Bueno así. Recuperado ya, con su hombría en alto, mi amigo dice "ahora sé lo que es ser mujer".

¿Qué tul?

sábado, 24 de abril de 2010

Divorciada busca taxi boy

Nada de compromisos, nada de citas a ciegas, nada de primeros encuentros fallidos: ella se separó, quiere sexo y está dispuesta a pagarlo.


Tal vez sea parte de ese fenómeno que algunos llaman empoderación de la mujer, o algo así. Eso que los machistas describen como irse de mambo. Eso de que las mujeres ahora hacen cosas que antes sólo hacían los hombres. Y aclaro que no me cuento entre las feministas, pero que las hay, las hay.

Elsa es una mina divorciada recientemente. Una mujer que trabaja y se banca y le va muy bien. Se separó de su marido por motivos que nada tuvieron que ver con su vida profesional. Fue una relación que cayó por su propio peso. Y como suele pasar en esos procesos de larga ruptura, el último año tuvo de sexo poco y nada.

Ya pasó el momento de la angustia feroz y Elsa quiere sexo. Lo que no quiere es una relación. Todavía no está lista. Pero tampoco está dispuesta a salir a exhibirse como mercancía para levantar. No quiere una cita a ciegas para probar si el destino guarda un as en la manga y le sienta adelante al príncipe azul. No, quiere sexo. Sexo y nada más. Sexo sin preámbulos. Buen sexo.

Así que como quiere y puede, Elsa empezó a chusmear en el mundo de los acompañantes masculinos y se copó. Después levantó el teléfono y sin complicaciones concretó una cita. Sin complicaciones tuvo sexo como quería con un muchacho muy bien parecido. Fue divertido. Fue exactamente lo que andaba buscando. Pagó sin culpa ni pudor.

Ahora Elsa se engolosinó y en afán casi antropológico, quiere probar distintos hombres... Y está más que dispuesta a hacerlo.

Y la verdad, la mujer parece genuinamente contenta. Como en una especie de vacación sexual en la que explora las siete maravillas que el mundo puede ofrecerle.

¿Quién se lo puede reprochar? 

miércoles, 21 de abril de 2010

Romance de oficina entre mujeres

Ella estaba de novia y por casarse cuando se encontró en brazos de su compañera de trabajo ¿cómo empezó todo?


Hay una ola de lesbianismo que se destapa y se hace sentir. Sea por los motivos que sean, las chicas avanzan y si antes no lo contaban, ahora se animan a contar. Por lo menos a mí me contaron, y yo les cuento a ustedes.

Cuando supe que esta chica había suspendido sus planes matrimoniales, la verdad, no pensé nada. Tanta gente planea casarse y se arrepiente por el camino... Pero ella vino y me dijo con cara pícara: ¿sabés qué me pasó? Por supuesto, abrí las orejas.

Me dijo que no sospechaba que nada anduviera mal con su amado, ni siquiera cuando empezó a ser muy muy amiga de una compañera de trabajo. Andaban juntas y cuchicheaban, como hacen todas las mujeres que se hacen amigas en el trabajo, pero de repente comenzaron a hacerse regalitos.

Una dejaba una Vauquita en el escritorio de la otra, la otra dejaba un Paraguitas... y así. Así hasta que esta chica recibió en su escritorio una florcita muy monona y si hasta ese momento había pensado que todo estaba dentro de los parámetros de una simple amistad, en ese instante un flash se cruzó por su cabeza. Nada claro, apenas una sensación.

Ese mismo día su amiga le dijo que la acompañaba hasta el psicólogo y ella aceptó. Aunque nada pasó en la caminata, el tema de esa sesión fue su amiga. Y la sospecha de que podía sentir que, tal vez, le pasaba algo con ella.

Un after hour recargado de alcohol fue lo que hizo rebalsar la copa llena. Empezaron a hablar de lo que sentían. Y se confesaron que les pasaba lo mismo. Y esa noche, la amistad entre ellas dejó de ser platónica.

Lejos de sentirse extraña en la piel de una lesbiana, esta chica se sintió muy bien. Buscaron y encontraron estrategias para disimular esa especie de brillo sexual que despiden los amantes recién encontrados. Por ejemplo, su amiga que era oficialmente soltera diseminó por la oficina que estaba enamoradísima de un proveedor que venía cada tanto y le mandaba mails.

Para salir a almorzar juntas reclutaron a una tercera compañera de trabajo que estaba enterada del romance entre ellas y les hacía la gamba. Mientras la compañerita miraba para otro lado las chicas hacían manitos debajo de la mesa. También encontraron lugares secretos en la oficina para encontrarse, inventaron excusas y así transcurrió un tiempo de alta adrenalina y mucho sexo.

Hasta que la cosa no dio para más. No dio para más porque el romance secreto será muy hot para los primeros meses pero, las mujeres sobre todo saben entenderlo, de repente es como que hace falta acuchararse frente al televisor y ver una peli. Entonces se plantearon qué hacer.

Esta chica tenía que casarse con su novio o separarse. Y decidió separarse. La otra la recibió en su casa cuando llegó llorosa con sus bolsos de divorciada. Y ahí andan, contentas. Pensando en que alguna de las dos va a conseguirse otro trabajo para que no se escandalicen los compañeros de oficina. 

lunes, 19 de abril de 2010

Falsos pezones ¿cuál es la ocasión?


Sirven para colocar dentro del corpiño y arrastrar miradas masculinas ¿quién se los pondría? ¿en qué momento?

Hay situaciones y artilugios que uno solamente imagina ver en una película. Por ejemplo, me acuerdo de que en un capítulo de Sex and the City, la zarpada de Samantha agarraba un par de pezones de goma y los insertaba entre la suave tela de su vestido y su dulce anatomía. Con esa estrategia lograba llevar de las narices a su casa a un hombre que no podía, sencillamente, no podía resistirse a mirarle los pezones. Ella iba chocha. Cuando estaba por comenzar la acción, Samantha se sacaba los cositos de goma y los revoleaba por ahí para poder desnudarse tranquila... 

No sé, por algún motivo no imagino a una chica argentina montando el mismo numerito. Es más, tengo una amiga que solamente usa corpiños capaces de ocultar la forma de sus pezones. Creo que hay una mayoría de mujeres que sienten cierto pudor ante la posibilidad de que se marquen los pezones en la ropa.

Y los hombres, generalmente, cuando ven un pezón erguido marcando una remera, se ponen de lo más idiotas. Si hay confianza empiezan a hacer bromas pavas acerca del frío, el timbre y otras tantas figuras poco ocurrentes. Y si no, miran y tratan de no mirar y todo resulta de lo más incómodo.

Por otra parte, los Beauty Nipple son muy chistosos. Parecen un timbre de bicicleta... ¿quién se atreve a usarlos?

A ver, intentemos imaginar una ocasión adecuada: para salir en busca de sólo sexo, a lo mejor los cositos de goma debajo de la ropa ofrecen resultados rápidos. Para hacerle una broma a tu marido cuando cocinas fideos y te haces la tonta mientras él trata de identificar qué es eso que tenes ahí. Y perdón, pero no se me ocurre más nada.

Pregunto: ¿qué pasa si alguien te toca uno de esos pezones por encima de la ropa? ¿no se dará cuenta de que algo raro hay? ¿qué pasa si se te corre un pezón de lugar? ¿qué pasa si te tenés que sacar la ropa y no tuviste oportunidad de revolear disimuladamente los pezones? No sé, yo creo que son peligrosos... 

viernes, 16 de abril de 2010

¿La ex de un amigo es intocable?

Las parejas de los amigos a veces despiertan ratones ¿qué pasa cuando se separan? ¿es una oportunidad? ¿o las ex de los amigos están prohibidas?


Esto lo sabemos todos y lo comentamos poco: algo, algo raro, algo especial pasa entre nosotras y los novios de nuestras amigas o entre los hombres y las novias de sus amigos. Es algo que nunca llegó a nada mientras el noviazgo se mantuvo en pie. Pero ahora que se separaron ¿qué onda? ¿se puede avanzar? ¿está mal?

En general la gente de buena fe se resiste a atravesar esos terrenos. Pero todos sabemos cómo es el amor o cómo son las ganas y las cosas suelen salirse de control más temprano que tarde. Y una vez que el "algo" está candente, sólo queda un acto de sinceridad. O un sincericidio: preguntarle al amigo o amiga si está bien, si no se enoja, si nos da el okey para salir con su ex.

Generalmente la persona separada (nuestro amigo) dice que sí, que todo bien, que ya no le importa nada del ex, que sencillamente hagas tu vida y no le cuentes detalles. Otras veces se enojan, de una, y la conversación termina en escándalo.

Pero creo que el peligro asecha sobre todo entre los que lo toman con mucha filosofía. Porque dicen que no hay problema, pero después no pueden evitar salir corriendo a lo del ex y recriminarle la traición. Otras veces, después del "está todo bien", sencillamente se termina la amistad. Nuestro amigo no nos habla nunca más.

Conozco el caso de un varón que compulsivamente se acostaba con las amigas de su amiga. Se acostó con todas las amigas de su amiga. No en simultáneo, le habrá tomado en total dos o tres años completar la proeza. El hombre formó un clan, del que finalmente fue expulsado. Es que cuando la primera se enteraba de que había habido una segunda y una tercera, se indignaba. Y la amiga del muchacho terminó por cortarle el rostro y evitar todo contacto entre él y sus amigas. Cabe aclarar que fue la única que no se acostó con él, aunque no porque él no lo hubiera propuesto...

No sé, tal vez haya un tiempo prudencial. A lo mejor los sentimientos prescriben después de algunos años, pero ¿sigue habiendo onda después de todo ese tiempo? Creo que ese algo que pasa y que hace deseable al ex es aquello que había nacido al calor de la amistad: esa prohibición de tocar a la mujer del prójimo, al novio de la prójima y que, luego de una ruptura, sigue un tiempo en el aire, aunque legalmente estemos libres de culpa y cargo ¿o no? 

martes, 13 de abril de 2010

¿La próxima amenaza sexual?

Algunos científicos piensan que una versión incurable de la gonorrea se convertirá en la próxima amenaza mortal de transmisión sexual

Parece que hemos creado un superbicho. Así dicen los científicos. Es que la gonorrea había dejado de ser una amenaza desde que se inventó la penicilina. Ustedes saben, un antibiótico y listo, chau gonorrea. Pero las épocas cambiaron y la bacteria de la gonorrea fue mutando y fue haciéndose resistente a los antibióticos que la mataban. Así llegamos al día de hoy: parece que ya no se muere tan fácilmente.

Parece que dentro de no mucho tiempo tendremos que enfrentar a esa poderosa edición de la gonorrea resistente a los antibióticos, potencialmente mortal. Así lo dijo Catherine Ison, directora de la sección de bacterias de transmisión sexual de la Agencia de Protección de la salud del Reino Unido.

En los últimos años los antibióticos que normalmente se usaban fueron perdiendo su eficacia y sólo uno quedó en pie. Pero ahora algunas todavía extrañas mutaciones de la gonorrea están volviéndose resistentes a ese único antibiótico que quedaba. "Si este problema no es agendado, hay una posibilidad muy real de que la gonorrea se convierta en una infección muy difícil de tratar", dijo esta señorita del Reino Unido.

Ustedes dirán que ya nadie se contagia gonorrea, pero parece que es la segunda enfermedad infecciosa más común en Estados Unidos. En 2008 hubo más de 330 mil casos declarados por lo que cabe pensar que fueron muchos más. Y este año esperan unos 700 mil infectados.

La buena noticia es que la gonorrea no tiene el milagroso don de mutar en cinco minutos. Es un proceso gradual. Lo que se hace mientras tanto, es aumentar las dosis de antibiótico para matar al bicho que antes moría con dosis más pequeñas, y eso sirve para ganar tiempo. Mientras tanto esperaremos a que algún científico iluminado encuentre un nuevo antibiótico, que la mate bien muerta. 

jueves, 8 de abril de 2010

¿El sexo oral está en vías de extinción?

Algunos estudios revelan que pone en riesgo la salud ¿Cabe pensar que cada vez más gente dejará de practicarlo?


Ya escuché a varias mujeres afirmar con toda convicción que "con cualquiera no". Ellas no se arrodillan frente a la bragueta de cualquiera. Otras cosas con cualquiera, sí, puede ser. Pero no sexo oral. El por qué no está claro. Algunas dicen que para hacerlo hay que sentir amor o si no resulta muy asqueroso. Otras opinan que hay ciertos riesgos que no vale la pena correr, sobre todo si se trata de un toco y me voy.

Es que quedó un poco en el aire el tema del HIV, eso para empezar. Digamos que las posibilidades de contagio vía oral son pocas, pero no podría considerarse una práctica cien por ciento segura. Y para más precisiones hay versiones encontradas. Así que quedémonos con eso.

Ya con esa información algunos se bajan del sexo oral. Pero hay más:

Por ejemplo, un estudio reciente publicado el la British Medical Journal indica que el HPV, (que es un virus que en algunos casos, aunque no en la mayoría, deriva en tumores malignos) puede transmitirse mediante el sexo oral y que, probablemente, sea una de las razones por las que está en aumento el índice de cáncer en las zonas del cuello y la cabeza entre la gente joven.

Son tumores malignos que aparecen en la garganta, en la parte de atrás de la boca o de la lengua, en el esófago... Estuvieron investigando y encontraron que existe una relación entre los pacientes jóvenes que padecen estos tipos de cáncer y la cantidad de compañeros sexuales que tuvo esa gente. Y es por eso que los dedos enguantados de los científicos apuntan al sexo oral.

Descorazonador. Una verdadera mala noticia. La solución, por supuesto, es implementar preservativos. Pero ya sabemos que para muchos la combinación de condón y sexo oral es un poco repulsiva.

Entonces, me pregunto: ¿Estará el sexo oral en vías de extinción? ¿se terminará convirtiendo en una práctica reservada a parejas estables y otras raras avis? ¿qué va a pasar? 

miércoles, 7 de abril de 2010

Prontuario de infidelidad: ¿confesar o no?




Contar infidelidades anteriores es un acto de sinceridad, pero también podes ganarte la desconfianza de aquel al que no le fuiste infiel.


Rosario me decía el otro día que está loca de amor por un hombre encantador. Encantador, encantador. Y con la boca grande, diría yo. El muchacho sin pelos en la lengua le anduvo narrando sus experiencias de infidelidad con parejas anteriores. La que tiene con Rosario es una relación nueva e impoluta, por supuesto: nueva y maravillosa como son las relaciones nuevas. Y él le contó, con toda sinceridad que fue infiel a todas y cada una de las parejas que tuvo, o casi. Y ahora Rosario teme, se la ve venir: le picó la desconfianza. 

Es que esa es la cuestión: sinceridad versus desconfianza. ¿Qué hacer? ¿Exponer un pasado de infidelidad serial porque es honesto hacerlo, o mejor guardarlo para que el otro no se persiga con el fantasma? Porque cualquiera pensaría, seguramente, que si anduvo adornando con cuernos cada relación que tuvo, ¿por qué no lo va a volver a hacer esta vez?

Está claro, aquellas parejas no funcionaron, por eso luego se separaron y "y lo que tenemos nosotros está buenísimo y no tiene nada que ver con eso". Pero lo cierto es que una vez que abrimos la boca, una vez que decimos lo que decimos, no hay vuelta atrás. La desconfianza acaba de ser inoculada y se expande en la sangre como un virus.

Ojo, también conozco gente inmune a esta clase de cuestiones. No sé cuál es la explicación. A lo mejor sencillamente hay gente más celosa y gente menos celosa. También es cierto que aquellas infidelidades sucedieron en el pasado, con otras parejas, y no hay por qué hacer carne el cuerno ajeno. Pero claro, cada uno lo maneja como puede y como le sale.

La verdad es que yo misma he sido bastante bocona. Pero nunca confesé la saga completa en una sola tarde de conversación. Creo que el efecto es distinto cuando uno ofrece dosis pequeñas de sinceridad, que cuando se despacha con todo el pasado junto de una vez y sin anestesia. Como que contar de a poquito y sin entrar mucho en detalles (que son lo que más duele) no genera tanto espanto.

¿Ustedes qué piensan? ¿mejor decirlo todo de una vez? ¿no decir nada? ¿de a partes? 

lunes, 5 de abril de 2010

Un acuerdo pre-prenupcial ¿te va?

Hay quienes prevén las condiciones para una posible separación mucho antes del matrimonio: que compartir no sea una condena ¡Firmame acá!




El otro día conocí por primera vez a una pareja que firmó un prenupcial. O, más precisamente, un pre-prenupcial. Para él es la primera vez que vive en pareja. Pero para ella no. Ella ya convivió, se peleó y se separó y salió bastante lastimada de la división de bienes. Le costó un buen par de años y bastante esfuerzo volver a adquirir ciertas cosas con las que su ex se había quedado. Ella ahora sonríe y dice "me estafó". Debajo de esas palabras la muchacha deja flotando, muda, la certeza de que eso no volverá a suceder.

La chica no es una chica desconfiada. Me explicó cómo, con su ex, habían encarado con enorme felicidad el equipamiento de la casa y la vida en común. Y cómo, tiempo después, la relación empezó a deteriorarse y antes de que fuera demasiado tarde decidieron separarse. O tal vez ya era demasiado tarde porque la separación fue tremenda. Y en ese proceso de rencores y agresiones, él terminó quedándose con casi todas las cosas que, según ella, habían adquirido desordenadamente entre los dos, como parte de una felicidad que parecía imperecedera, cuando pensaban que todo iba a ser compartido.

Así que esta vez ella le propuso a su actual pareja descartar malos entendidos. La verdad es que no intervino ningún abogado. En realidad lo que hicieron fue una especie de inventario pormenorizado en el que figura cada cosa y de quién es. También figuran las nuevas adquisiciones. Si las compraron entre los dos, ahí consta fehacientemente el precio y cuánto pagó cada uno. Cosa de que el día que decidan que la cosa no va más, puedan organizar una salida justa y equitativa.

Y si no se separan, bueno, tienen un papel en el cajón de la cómoda que pagaron entre ambos.

Ella me contó que cuando se lo propuso, él se sintió un poco ofendido. Y ella lo entendió. Pero luego él fue quitándole dramatismo al tema, entendió que ese papel en la cómoda a ella la dejaba más tranquila. Entendió que, en este caso, era una manera sencilla de quitarle a ella un fantasma de encima y entonces accedió al acuerdo.

Y a mí también me dio una sensación parecida: en la medida en que me contaba más y me explicaba por qué y como, empecé a dejar de sentir que era una cosa espantosa. ¿O sí lo es? 

viernes, 2 de abril de 2010

¿Por qué rebotan cuando intentan hablar con una mujer?


Según una investigación, a los varones que se acercan a "chamuyar" a una chica que verdaderamente les gusta, el cerebro les funciona menos. Mucho menos.

A veces la naturaleza de nuestros propios impulsos nos juega malas pasadas. Sobre todo si sos hombre. Por ejemplo, está comprobado científicamente que cuando un varón se acerca a hablarle a una mujer de la que se siente verdaderamente atraído, una buena parte de su capacidad mental se ve disminuida. A las mujeres no les pasa.

Alguna desventaja tenían que tener los señores. No se ponen ováricos una vez por mes pero se vuelven un poco tontos cuando tienen que encarar a una mujer hermosa. Ya ven, la naturaleza es sabia y compensa.

Según registraron en una investigación, un hombre estaba tan concentrado en impresionar a una mujer que acababa de conocer que fue incapaz de recordar, cuando ella le preguntó dónde vivía, la dirección de su casa. Los científicos explicaron que al hombre le pasó esto porque estaba tan ocupado tratando de hacerse el galán, que este esfuerzo le absorbió la mayor parte de sus recursos cognitivos. Pobre flaco.

Hicieron evaluaciones a cantidades y cantidades de hombres luego de hablar con mujeres hermosas y todos y cada uno de ellos había quedado un poco menos inteligente de lo habitual. Afortunadamente el efecto no es duradero.

A las mujeres, en cambio, esto no les pasa. Pueden acercarse a conversar con el hombre que más les gusta en el mundo y sus capacidades cognitivas siguen intactas. O sea, las tontas son tontas como siempre y las inteligentes ídem.

Volviendo a los varones: lo cierto es que toparse con una dama despampanante puede afectar el desempeño laboral hasta del profesional más capaz. Lo mismo en las universidades y colegios secundarios: un examen puede salir mal inesperadamente y ya sabemos por qué.

Pero lo más triste del asunto es que de tanto esmero en resultar atractivo, el hombre falla en su intento. La cabeza no le da, es capaz de decir estupideces que normalmente no diría y de esta manera espantar a la mujer que está queriendo seducir. Pero bueno, si les pasó alguna vez, que les sirva de consuelo: es normal. 

miércoles, 24 de marzo de 2010

El top 5 de las profesiones más adulteras


Un sitio que promueve las aventuras extramatrimoniales hizo un relevamiento para determinar cuáles son las profesiones que esconden más infidelidades ¿Querés saber?

En mi opinión estas son aventuras que pueden resultar un poco crueles. Digo, también es una aventura escalar el Aconcagua y, salvo que alguien se quiebre la pierna en el intento, nadie tiene por qué salir lastimado.

A lo mejor se puede hablar de justificar la infidelidad en algunos casos. O no. Pero el yeite de la señora Ashley es promocionar la aventura adúltera para llevar gente a su sitio, claro. Como sea, no es mala promotora: hizo una encuesta para conocer la opinión de los internautas acerca de cuáles son las profesiones en la que se pueden encontrar amplias mayorías de infieles.

Según contestó la gente, las mujeres más tramposas se cuentan más frecuentemente entre maestras, amas de casa, enfermeras, asistentes administrativas y en el negocio inmobiliario.

Los hombres más propensos a dar el mal paso, según opinan los seguidores de Madison, son casi siempre médicos, policías, abogados, señores que se dedican al negocio inmobiliario e ingenieros.

Claro, seguro que es porque las maestras conocen a montones de padres desesperados, las amas de casa por definición están desesperadas, las enfermeras son la fantasía recurrente de algunos, las asistentes administrativas siempre tiene que sentarse sobre las rodillas de alguien y las que se dedican al negocio inmobiliario... no sé ¿será que siempre consiguen algún departamento vacío para tener sexo a escondidas?
Lo de los hombres me parece más inexplicable. En mi caso votaría que los empresarios, de casi cualquier rubro, son los más calavera (ojo, sin ofender). 

¿Ustedes pensaron en esto? ¿creen que hay ciertas profesiones más propensas a la infidelidad que otras? ¿cuáles? ¿por qué?

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Qué haces cuando a él no le gusta "eso"?

Te convertiste en experta en ciertas prácticas que son tu especialidad en la cama, pero a él no le gustan... ¿será posible?


Sé que la mayoría de los hombres va a decir que no es cierto, que no puede existir macho sobre la faz de la tierra al que no le guste, por sobre todas las cosas, el sexo oral. Recibirlo, claro está: sabemos que sí son unos cuantos los que por vagancia o extraños reparos no son demasiado fanas del sexo oral para ellas.

Pero ahora me enteré del caso de un hombre que, ante el intento de su esmerada amante, dijo "no, prefiero que no". La señorita quedó un poco desconcertada, eso sí que nunca antes le había pasado. En todo caso se había acostumbrado a escuchar distintos tonos de "Uy siiiiiiii", pero jamás un no. Jamás un "prefiero que no". Nunca.

Así que prosiguieron con el sexo, descartando la fase oral. Pero ella no se sintió muy cómoda con la situación. Lo sintió un poco, vamos a ser sinceras, como una cortada de rostro. Así que después de terminado el sexo, respiró profundo y le preguntó por qué no había querido. Y él, como si le hubieran preguntado por qué no toma café después de las comidas, respondió "porque no me gusta mucho".

En seguida se dio cuenta de que ella podía entenderlo mal y le aclaró: "ojo, no es con vos. No es que no quiera que vos lo hagas, es que sé que no me encanta, no es lo mío, prefiero otras cosas". Y ahí quedó el tema. Pero esta muchacha no logra reconciliarse con la situación.

Ella sostiene que ha desarrollado, gracias a su experiencia invaluable, gran técnica gran y que es su fuerte, su caballito de batalla, la especialidad de la casa. Es su estilo de precocción para lo que viene después. O sea, algo importante para ella. "¿Y esto quiere decir que tampoco le gusta mucho dar sexo oral a una mujer? No le quise ni preguntar", dijo nuestra dama desilusionada.

Es verdaderamente inédito. Pero si detectamos a un hombre al que no le gusta, quiere decir que hay otros más desparramados por el mundo. ¿Cómo puede ser? ¿qué es lo que nos les gusta? Si alguien se siente en condiciones de compartir una explicación, le estaremos agradecidos. Sepan disculpar, hoy no se me ocurren razones. 

viernes, 5 de marzo de 2010

Amor vs sexo a primera vista

Algunos creen en el flechazo del amor, otros prefieren el flechazo del sexo. ¿Son posibilidades complementarias o el sexo rápido atenta contra el amor?


Hace poco una chica, Mecha, me narró cómo fue el instante en el que vio por primera vez al hombre que la tiene enamorada. Me describió un mareo indescriptible, la sensación de que el mundo se apagaba y sólo podía verlo a él, la automática dificultad para respirar, el nudo en el estómago, la sensación de un desmayo inminente. Y yo me pregunté para mis adentros si eso era amor a primera vista o un buen motivo para llamar a emergencias médicas...

Reflexionemos un momento: amor a primera vista implica la certeza instantánea de encontrarse enamorado de alguien en el preciso momento de verlo. Sin embargo, aunque muchos hombres utilizan la línea "me acabo de enamorar" hasta para piropear a una mujer en la calle, los que narran sus enamoramientos instantáneos, siempre lo hacen retrospectivamente, o sea, recordando aquel momento desde su presente enamorado ¿no hay acaso ahí una resignificación?

Eso me decía Juanjo, que sólo cree en el flechazo sexual. Para él, ese estremecimiento estomacal al ver a determinada mujer por primera vez no significa otra cosa que la certeza de querer acostarse con ella. Para él, además, el sexo rápido no daña otras posibilidades de relación. Es más, para él, el sexo es la cuna del amor. El amor, dice, no crece en otro lado.

Mecha en cambio piensa que el sexo no tiene nada que ver con su enamoramiento sin tacha. Ella cree firmemente que el día que pueda acostarse con su amado (que no está enterado de su enamoramiento) será maravilloso porque se aman. Pero hasta ahora eso no ha ocurrido. Es que Mecha no concibe el sexo como un camino hacia el amor. Al contrario, cree que al amor hay que preservarlo del sexo lo más posible. Hasta que crezca una especie de seguridad de que el sexo no va a arruinar el amor que es lo importante. Cree que no puede haber amor allí donde lo primero que se pierde son las prendas íntimas. Para ella eso es sólo sexo y el sexo sólo lleva a más sexo o a la nada.

Francamente, no sé bien qué pensar. No creo mucho en las reglas que ordenan cómo se debe proceder en caso de enamoramiento. Sé de esa máxima que dice que acostarse la primera noche con alguien descarta a esa persona (sobre todo si es mujer) para proyecciones novieriles. ¿Pero todo el mundo le da bolilla a eso?, me consta que no. Creo que voto por el sexo escandaloso y el amor tímido, que se cuela en la habitación casi sin molestar... ¿Ustedes qué piensan? 

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cómo hacer para no llamar a tu ex

A veces no es tan difícil tomar la decisión como sostenerla. Cómo hacer para no caer en llamados, mensajes de texto y chateos desgarradores.


Antes había que concentrarse en evitar un solo objeto, un único objeto de perdición: el teléfono. Ni siquiera el celular. El único teléfono que existía era el de línea. Cuando la angustia apretaba, bastaba salir de la casa para sentir una especie de liberación: ya no estábamos al alcance de un Ring. Ahora separarse de alguien es mucho más complicado. Toda una red de aparatitos, alertas, cartelitos y mensajitos nos asaltan como pop ups con el rostro del ser que nos desgarró el corazón.

Desmontar toda la ingeniería de comunicación es un tema en sí mismo. Sacar a tu ex de tu lista de contactos en el celular es un paso. Sacarlo de tu lista del msn, de tu lista de Facebook, etcétera. Pero además basta prender la computadora para enfrentar tres o cuatro vías de comunicación por las que podríamos enviarle un mínimo guiño, un te extraño, aunque más no sea un punto y coma para que sepa que no desaparecimos de la faz de la tierra. Qué difícil que es aguantar ese impulso de volver a hacer contacto.

Hay gente, unos pocos elegidos, que logran sobrellevar estas situaciones con gallardía. Conocí a una y le pregunté cuál es su secreto. Dijo que no hay recetas mágicas, que la cosa duele y hay que aceptar que duele. Eso para empezar. La segunda cosa fundamental es mantener la autoestima en un lugar bien alto, en lo posible con vista al río. Es una herramienta fundamental para no ceder.

Tercera cosa: no perder de vista el motivo por el que decidimos separarnos. La mente tenderá a querer recordar los mejores momentos. Esos son instantes de debilidad. Esta chica, cuando siente que está a punto de enviar un sms con la palabra "socorro" al 0800 MI-EX, se acuerda de las perradas que le hacía el muy maldito. Y no lo manda.

Darse pequeños gustos. Detalles. Satisfacciones mínimas que nos puedan hacer sentir mejor. Tal vez es el momento para comprar ese no sé qué que tanto te gustaba...

Contraer nuevas obligaciones es una buena forma de evitar caer en pozos de desasosiego. Para esta chica abrir un blog es una excelente forma de mantener la mente ocupada en esos huecos de tiempo vacío que deja la relación que ya no está. Cualquier cosa que permita reciclar las horas que pasábamos con el ex, viene bien.

Finalmente, antes de mandar el mail o hacer ese llamado, reflexionar por un momento cuáles serán las consecuencias de ese pequeño acto de desesperación ¿es que realmente querés volver? ¿existen verdaderas posibilidades de arreglar las cosas? Porque si es que no, entonces mejor respirar hondo, guardar el celu en el bolsillo y seguir caminando...

lunes, 15 de febrero de 2010

La chica que hizo un experimento de su boda

La novia era una científica y decidió convertir su casamiento en un laboratorio para develar por qué queremos subirnos al altar.


"Organizar un casamiento puede ser bastante estresante, pero nosotros teníamos además toda otra dimensión a considerar: lo estábamos convirtiendo en un experimento científico para probar qué es lo que pasa en nuestros cuerpos cuando decimos sí, quiero". Ya ven, no todas las mujeres son iguales: algunas quieren determinados arreglos florales, otras prefieren tener a mano un kit para poder hacer un test de sangre en el altar... Fue el caso de Linda Geddes.

Nuestra heroína se quería casar, sí, pero además andaba detrás de la hormona oxitocina por cuestiones profesionales (ella es, efectivamente, científica) y decidió que su boda era una oportunidad imperdible para corroborar sus teorías.

Es que, según plantea la ciencia, la oxitocina es el químico que nos llena el cuerpo cuando reforzamos lazos de afecto, cuando confiamos y cuando somos generosos. O al menos eso es lo que dice la teoría. Lo que Linda quería verificar, era sí en una situación cien por ciento real (no un ejercicio de laboratorio), los niveles de oxitocina subían. Así fue como el invitado de honor de este casamiento terminó siendo Paul Zak, un reconocido investigador de neurociencias.

Zak fue el responsable de tomar muestras de sangre a la novia, al novio, a tres familiares de ambos y a ocho amigos antes y después de la ceremonia (o sea, el momento de los votos, el sí quiero y todo eso). Otras hormonas relacionadas también entraron en la lista de las muestras de sangre. Para ese entonces, el novio, Nic, ya estaba resignado a tener un casamiento un poco extraño, con agujas y damas de honor pinchadas. Encima, más científicos fueron invitados. Sospechamos que los niveles de oxitocina de Nic bajaron en ese momento...

La cosa se fue complicando a medida que se acercaba la fecha. Algunos amigos les dijeron que estaban locos y a última hora Linda, la novia, confesó su terrible fobia a las agujas... Pero todo salió bien, aunque luego de dar el sí, cuando tuvo que sacarse sangre por segunda vez, casi se desmaya...

Lo bueno fue que después de la luna de miel llegaron los resultados: y sí, los niveles de oxitocina de los novios estaban por las nubes, también habían subido los de la parentela. Sin embargo los resultados generales (que incluían otras hormonas) no aportaron datos esclarecedores. Así que, colorín colorado, seguimos sin saber por qué la gente quiere casarse. Eso sí, el que terminó realmente contento fue Zak, que consideró este experimento como uno de los grandes momentos de su carrera y anda buscando nuevas oportunidades para pinchar a la gente en momentos importantes de su vida...

Ya ven, el amor a la ciencia también trae sus malas pasadas. 

viernes, 12 de febrero de 2010

Hipnosis erótica ¿qué es?


Es el arte que ejercen algunas dominatrices, pero también una forma de terapia sexual: promete desinhibición y orgasmos sin contacto físico.

Sabemos que la hipnosis fue utilizada por la psicología, para acceder al inconciente, revelar situaciones reprimidas y con suerte, desbaratar síntomas. Ahora, lejos del consultorio, algunas dominatrices usan la hipnosis para provocar placer.

Ellas hipnotizan a sus clientes y los guían a través de visualizaciones guionadas o improvisadas para vivir determinadas fantasías. Para Kasha Shakti que vende sus sesiones hipnóticas en mp3, se trata de "una fórmula dominante / sumiso, pero puesta en juego en el plano mental y no físico". Otra que también explota la veta hipnótica es Isabela Valentine, que promociona "orgasmos sin manos".

Cuando se dan estas relaciones de dominación, el que hipnotiza dispone del cuerpo, o de la voluntad, del hipnotizado. Para otros se trata de fantasías de transformación que se permiten sólo gracias a la desinhibición del estado hipnótico. Muchas veces son fantasías que resultarían humillantes en un estado de plena conciencia.

Pero no toda hipnosis erótica se trata de dominio y desahogos orgásmicos. También está la variante terapéutica que apunta a "destrabar" aquellos bloqueos que le impiden a alguien disfrutar. Por ejemplo, en un caso de anorgasmia, la hipnosis busca el origen del bloqueo y también el orgasmo. Se trabaja en la sensibilización de zonas corporales, aseguran que es posible activar el flujo sanguíneo devolviéndole la erección a un impotente, por ejemplo. Pero en estos casos, los guías son terapeutas profesionales.

Lo intenso de esta técnica es que el hipnotizado, siguiendo las instrucciones de su guía, sentirá físicamente lo que se le "mande" sentir. Es una experiencia mental, el cuerpo solamente descansa relajado, pero no deja de ser bien sensorial y, en este caso, sensual. En ningún caso hay contacto físico.

Por eso algunos promocionan la hipnosis erótica como una fórmula de sexo seguro (imposible contagiarse algo). Otros opinan que puede volverse adictivo, sobre todo cuando provee una experiencia que el sujeto no es capaz de experimentar despierto, por el motivo que sea.

Es una técnica polémica, pero que se está poniendo muy de moda en Estados Unidos. Sin dudas, genera mucha curiosidad... Así que si alguien tuvo una experiencia hipnótica y la quiere compartir, estaremos bien atentos.

jueves, 11 de febrero de 2010

Atracción sí, sexo no ¿califica como infidelidad?

Es obvio que pasa algo, es obvio que están más allá de la amistad, es obvio que deberían tener sexo, pero no lo tienen... ¿es engaño?


Cualquiera diría que hay onda. A la legua se nota que hay onda. Andan juntitos como tomatitos, se miran, se hablan, se ríen tontamente como los enamorados. Y así pasan los días, las semanas... pero no pasa nada más. Lo mejor de todo es que él, o ella, o ambos, están en pareja. Es decir, en pareja con alguien más, no entre ellos. ¿Qué es esto? ¿califica como infidelidad?

Navegando en Internet encontré un nuevo término para describir estas situaciones: affair emocional. Lo que pasa entre esos dos pasa por el alma, el corazón, el estómago, lo que se les ocurra, pero no los genitales. O sea, hacen todo menos tener sexo. O mejor dicho, sienten de todo el uno por el otro, pero no se acuestan juntos. Es más, tampoco necesariamente discutieron sus sentimientos, ni plantearon posibilidades de tener algo más que esa amistad que tienen...

Lo cierto es que la cercanía es tal que, inevitablemente, algo se debilita en la pareja oficial. El affaire emocional está llevándose toda la atención, incluso la libido, aunque no concreten. La verdad es que esta situación bien podría hacer sentir a alguien que le pusieron los cuernos, de cristal tal vez, impolutos, pero cuernos al fin.

Sin embargo, ¿podemos hablar de infidelidad si no se produce el acto fundamental? El supuesto infiel puede alegar, con todas las de la ley, que jamás de los jamases intimó con otra persona fuera de la pareja; que lo que tiene con esta persona es solamente una amistad, buena afinidad, intereses comunes, bla, bla, bla...

Lo más confuso de todo es que, tal vez, si nos metemos en la cabeza de quien está teniendo un affair emocional, encontremos que en realidad valora su relación oficial, no quiere romperla, ¡no tiene intenciones de ser infiel!

Entonces, ¿cómo se discute eso? ¿cómo se reacciona frente a un "engaño seco"? Cómo podemos acusar a alguien que tiene la delicadeza de no cruzar jamás la delgada línea roja, que se mantiene siempre libre de pecado carnal. O sea, ¿qué planteo cabe en estos casos? ¿cabe un planteo? 

miércoles, 10 de febrero de 2010

Feederism, el fetiche con la comida

La escena es parecida a la del sadomasoquismo: el feeder alimenta y el feedee es alimentado. El placer de comer, ver comer y engordar.


Si Nueve semanas y media fue para algunos una revelación acerca de lo que se podía hacer con una frutilla o con un poco de crema en el terreno sexual, el Feederism está mucho más allá de lo que se les haya ocurrido jamás. Si para la mayoría el vínculo entre la comida y el sexo es más bien lejano y un poco incomprensible, para algunos la comida y el sexo son una única cosa. Y la gordura es un efecto deseado.

Así como el masoquismo tiene sus roles bien delineados entre el sado (que domina la situación) y el maso (que se somete), la escena de feederism se organiza con un feeder que es el que alimenta y un feedee, que se deja alimentar. El feeder se excitará por ver al otro comer y ganar peso, el feedee encontrará placer en el exceso de comer y comer y comer y, por supuesto, se sentirá feliz con los quilos ganados.

La mayoría de los feeders son hombres (FA, es como se identifican) y las feedees son casi todas mujeres (BBW o SSBBW), pero también existen parejas en las que los roles se dan al revés o parejas homosexuales.

Lo cierto es que el Feederism puede llevar a ganar algunos quilos o muchos. Y "muchos" es arriba de cien. Para algunos feedees el objetivo es llegar, por ejemplo, a los 200 kilos. Así es, el fetichismo de la comida tiene sus riesgos. Mientras por una parte la idea de escapar al dictado de la flacura resulta refrescante y saludable o, incluso, la atracción por la gordura muestra que no todo el sexo es patrimonio de gente tonificada, y todo eso suena más que bien; por otro lado los feedees llegan a niveles de sobrepeso peligrosos para su salud. Peligrosos al punto de estar en juego su vida.

Para que se entienda mejor, el anhelo de gordura llega hasta el límite de lo posible: en Spanish Feeders, lo definen de esta manera: "En todo el mundo ya son muchos los hombres y mujeres que hacen del culto a la comida su razón de ser y convierten el mero acto de alimentarse en una apasionante orgía diaria, personas que buscan a otra spersonas para que las ayuden a comer más y a ser cada vez más y más gordas, llegando en los extremos a no poderse mover de una cama disfrutando para el resto de su vida de una comilona continua dejándose cebar, cuidar sin preocuparse de nada más que disfrutar comiendo y sintiendo el placer de vivir en un cuerpo gordo, fofo, graso, blando por todas partes, una piscina de obesidad deliciosamente excitante y apetitoso".

Ya ven, el apetito sexual tiene caminos que la razón no comprende...