miércoles, 7 de julio de 2010

Los ratones que más nos comen la cabeza

Basta conocer un ranking de las fantasías sexuales más hiteras para saber que ni son tan rebuscadas, ni la gente está diferente entre sí cuando de comerse el coco se trata. La fantasía sexual número uno para la amplia mayoría de los felizmente emparejados es, dicen, estar con otra persona. Y yo digo ¿eso? ¡con las posibilidades que ofrece la imaginación! Después la gente se queja de que el sexo se vuelve aburrido...

Estar con otra persona que no sea la persona que elegimos para estar es, sí, una de las fantasías sexuales más populares. Esos cuernos imaginarios no concretados en algunos casos nos lleva a la variante de pensar en otra persona cuando estamos efectivamente tienendo relaciones con nuestro marido o mujer.

Para los hombres heterosexuales el ratón más fornido y popular de la madriguera mental es el anhelado trío. Trío de dos mujeres y él como único galán. En esta fantasía las escenas lésbicas son bienvenidas. Para las mujeres heterosexuales, el ratón es corredor y atlético: la cosa pasa por los escenarios. Hacerlo aquí, allá, acullá. A la intemperie, en la casa de tu abuela, en el baño de la facultad...

La famosa fantasía de la violación, creo, parece, es más una idea de los señores acerca de lo que ellas fantasean, que un deseo de las damas. Aunque sí forma parte del repertorio femenino un poco de violencia. Mínima. Sexo fuerte como le dicen algunos. Un par de muchachos fornidos tal vez, también.

Muchos varones, por cierto, en la ratonera incluyen la imagen de su pareja con otro hombre. Esa idea es bien estimulante para algunos, pero sólo en el terreno mental.

Es que muchos ratones nacen para morir en la ratonera. Fantasías que sólo respiran en el territorio de lo imaginario. No siempre queremos que al ratón le salgan alitas y se convierta en murciélago. No es tan así que uno necesite concretar todas sus fantasías. Eso sí, a veces se puede admitir a un invitado en el prado de la imaginación. A veces, cuando está la posibilidad de compartir la idea, de charlarla un poquito y fantasearla de a dos... la cosa se pone más interesante.