martes, 1 de junio de 2010

Cómo organizar una orgía…

Me topé contra un artículo demasiado interesante para no compartirlo. Es una especie de guía gaucha (aunque en inglés) con instrucciones para armar una orgía. Porque, según el que escribió el artículo, la mayoría de la gente quiere participar de una orgía, pero no sabe cómo…

A mí me encantó el arranque axiomático del tema. Eso de que la mayoría quiere tener sexo grupal aparece como una verdad que no necesita ser demostrada. No importa. Lo que dicen es que casi todos quieren, aunque pocos se animan. Y no se animan por culpa de sus propios prejuicios. Así que lo primero que un organizador de orgías debe hacer es “ayudar” a los potenciales fiesteros a demoler sus prejuicios.

Entonces, explican, la gente necesita que vos, organizador de orgías, los persuadas de asistir a tu evento. ¿Cómo? Hay una serie de argumentos que deben ser expresados en voz calma, pausada y suave, cosa de dar una expresión de seguridad y seriedad. Por ejemplo: "¿no pensás que podrías arrepentirte cuando seas viejo de no haber participado de una orgía cuando tuviste la oportunidad?", o: "hacé lo que quieras: veníte a la fiesta o pasá el resto de tu vida preguntándote qué hubiera pasado si hubieras ido", o: "por supuesto que da miedo, ¿pero no te parece que esa es otra razón para sumarte a la orgía?" Y finalmente: "no tenés nada que perder, te podés ir en cualquier momento si no te gusta"... Nou comments.

Otra cuestión que tiene que sortear el organizador de orgías: superar la propia dificultad para convocar a la gente. Puede no ser sencillo andar por ahí invitado a todo el mundo a una partuza. Así que si hablar sobre el tema se hace muy complicado, bien vale hacer invitaciones por escrito. Pero además las invitaciones por escrito tienen una ventaja: aquellas personas que contestan la invitación para decir que no van a ir, son potenciales fiesteros. Dicen que no, pero están interesados, al menos para hablar sobre el tema. Están esperando que los convenzan, como decíamos al principio.

El tema de emparejar el número de hombres y mujeres en la fiesta es uno de los desafíos más complejos para el organizador de orgías. Tal parece que los varones son más proclives a decir que van, pero después no aparecen. Las mujeres, en cambio, son capaces de decir que no van, pero van. Para que la cuestión de género quede equilibrada habrá que contar un 10 por ciento más de hombres que de mujeres entre los que digan que sí.

Habrá que abstenerse de invitar a ambos integrantes de una pareja, especialmente si nunca participaron juntos de una orgía.

Que no falte el alcohol. No solamente porque unos tragos de una bebida espirituosa puede lograr desinhibir a los fiesteros tímidos, sino que, lo más importante, sirve para que la gente se haga la borracha, haga cosas que no haría si no estuviera haciéndose la borracha y finalmente, le eche la culpa de todo al alcohol.